Gobierno cubano pone a prueba reforma energética

Dado que la gente compra en el mercado negro el gas para complementar el limitado subsidio estatal, un proyecto piloto pondrá el combustible legalmente a la venta.

Gobierno cubano pone a prueba reforma energética

Dado que la gente compra en el mercado negro el gas para complementar el limitado subsidio estatal, un proyecto piloto pondrá el combustible legalmente a la venta.

Las autoridades cubanas están desarrollando un plan que permitirá la venta liberada de gas doméstico en las tiendas, en lugar de distribuirlo bajo el sistema de racionamiento utilizado para una serie de productos básicos.

Hasta el momento, las personas tienen acceso a la provisión estatal de dos cilindros de gas licuado de petróleo, GLP, al año, pagando un precio subsidiado de siete pesos cubanos, menos de un dólar americano por cada cilindro.

Como parte de la “Revolución Energética” iniciada en 2006, el gobierno otorgó a cada casa una parrilla eléctrica, una arrocera y otros equipos de cocina, con la idea de dejar de depender del gas.

Al mismo tiempo, redujo drásticamente el número de cilindros proveídos bajo el esquema de racionamiento estatal a sólo uno cada seis meses, un nivel mínimo diseñado para los tiempos en que las condiciones climáticas extremas cortan rápidamente la energía.

Sin embargo, jefes de familia como Ana González señalan que los precios de la electricidad son tan altos que usan GLP la mayor parte del tiempo.

“Es mejor comprar una “balita” [cilindro] de gas cuando se acabe, que hacerlo todo con electricidad como cocinar o calentar agua para bañarse”, explicó González.

El Banco Mundial estimó que el año pasado, los cubanos gastaban 160 pesos al mes en electricidad, casi el 40 por ciento del salario promedio.

La programación en la distribución de gas tiene a menudo demoras y, en cualquier caso, la asignación semestral nunca fue pensada para cubrir el uso constante.

Por ello, la gente compra cilindros extras de GLP en el mercado negro a precios más altos.

Elena Álvarez, habitante en un municipio de La Habana, piensa que la “Revolución Energética” es un fracaso.

“Hoy las personas tienen que comprar una balita de gas en 140 pesos [seis dólares] ¡por inventos del gobierno!” expresó Elena Álvarez.

Según relata Álvarez, tiene un amigo que trabaja en la empresa de gas el cual le dijo que “la medida [de racionamiento] se había tomado por falta de capacidad para abastecer a la población”.

El goboiern parece haberse dado cuenta que su intento de hacer que la gente cambie su comportamiento ha fallado, así que puede ser que también intente hacer accesible el gas a precios comerciales.

El vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo Jorge, quien lidera la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos Económicos y Sociales, anunció que en la Isla de la Juventud, una isla fuera del territorio insular cubano, fue escogida para un proyecto piloto este año.

Las autoridades comenzarán de “forma experimental la venta liberada de gas licuado en tiendas del gobierno a precios sin subsidios y sin afectar la cuota normada [establecida]”, señaló Murillo en declaraciones citadas por el diario Juventud Rebelde.

La directora de Uso Racional de Energía, Tatiana Amarán Bogachova, confirmó que la venta de gas en el mercado libre se está poniendo a prueba.

Alberto López vive cerca de un punto de abastecimiento de gas licuado en Arroyo Naranjo, parte de La Habana y cree que el combustible no está realmente escaso; la reducción en el racionamiento solo ha contribuido al robo de los empleados estatales.

“Veo los camiones que distribuyen balitas con gas, llenos. Cada dos días entran y abastecen, pero la mayoría de estos van para el mercado negro”, puntualizó López.

Carlos Rodríguez es el seudónimo de un periodista independiente con sede en La Habana. Laura Paz es una periodista independiente en Cuba. 

Esta noticia fue publicada por primera vez en el sitio web de IWPR.

 

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